Parece
que esta frase es bien común hoy en día. Es la excusa ideal para “sacarle el
bulto” a las responsabilidades. Un jefe de nombre Presuroso llama a su empleado
Lentin para pedirle que le haga un trabajo que necesita urgente para el día
siguiente. Antes de terminar su solicitud el subalterno ya tiene más
de
una excusa para no hacer la tarea, aduciendo en síntesis que está muy ocupado.
El
superior se va frustrado a su oficina y regresa más tarde para preguntarle
algo. En este momento encuentra al caballero realizando, por algo así como unos
quince minutos, uno de los deportes más notables de la actualidad, esto es el
chateo por el celular, con un componente muy importante, y es que este lo hace
con alguien que no tiene nada que ver con su empresa. Qué cosa, no? y dizque no
tiene tiempo.
En
la vida en general vemos el caso de una persona que sufre de diabetes,
enfermedad en la que hacer ejercicio, especialmente el caminar, es altamente
recomendable para mantener en control los niveles de azúcar. Pero no, este no
tiene tiempo, pues anda muy ocupado con su trabajo y porque con frecuencia al
final del día se toma unas "chelitas" con sus amigotes, ejercicio
etílico que tampoco le conviene practicar puesto que el alcohol se convierte en
azúcar y ello para el diabético es crítico. Lo triste del caso es que no tiene
tiempo para cuidar de su salud, pero si para parrandear.
Para
lo anterior y en otras muy diversas aplicaciones en la vida resulta importante
sacar tiempo para nosotros, buscando serenarnos, relajarnos, y entrar en nuestro interior, todo lo cual
ayudara mucho para establecer verdaderas prioridades en la vida, buscando así
dominar al tiempo y no que este nos domine.
Miami,
Junio 28 de 2014