Por: Ricardo Tribín Acosta
Esta es
la anécdota de una señora que trata de despertar a su hijo de treinta años un
domingo a las diez de la mañana. El monólogo - diálogo sucede así: " Mijo,
levántese ya que se nos hace tarde para ir a misa"; " No, mami,
déjame dormir un ratico más, por favor". La señora "refunfuña" y
regresa en media hora
arrancando
con la misma cantaleta.
El señor
repite lo mismo con el ánimo de prolongar su estadía en la cama, hasta que a
las once y media la mama se exaspera y le dice " Bueno, basta ya!! a
levantarse dije pues no vamos a alcanzar la misa"; Y porque ? si yo quiero
descansar más? La madre le responde con voz afirmativa: primero, porque Ud. es mi hijo; segundo, porque yo soy
su mama y me tiene que obedecer, tenga la edad que sea; y tercero, pues porque
Ud. es el cura, y sin su presencia no habrá misa".
El
caballero se levantó entonces y salió corriendo de una para la iglesia.
Miami,
Octubre 18 de 2014
No comments:
Post a Comment